En 1927, el llamado en aquél entonces, pueblo de San Martín, tuvo el primer Autódromo Argentino. Con pista, abastecimientos, sala de prensa y tribunas,

además de un paredón perimetral que contenía a las instalaciones y un portal de entrada, que era su cara visible.

Hasta ese momento sólo existían circuitos, mejores, peores, con algunas facilidades para corredores y prensa pero todo muy precario.

La sociedad conformada por los señores Furió, Lavalle y Travers, buscó primeramente por la zona de Villa Lugano, para luego acceder a una concesión por once años de unos

terrenos en San Martín, concedida por el Municipio local. Donde comenzaron la construcción a principios de 1926 bajo la supervisión del Ingeniero Marchesotti.

Hubo que remover toneladas de tierra, aplanar y hasta salvar la dificultad de un arroyo que cruzaba el terreno. El algún momento llegaron a trabajar hasta 450 personas, pero fuertes lluvias retrasaron el avance de las obras hasta su inauguración en 1927.

La pista de tierra apisonada fue regada con dos capas de un producto asfáltico formando una capa de 7 ú 8 centímetros impermeable en la superficie. Tambien hubo necesidad de nivelar el terreno y construir puentes y canales para dejar un piso firme.

Había dos rectas de 850 metros cada una, con un ancho de 16 metros y dos curvas de 650 metros cada una con un ancho máximo de 24 metros.

Las rectas tenian 45 cm de inclinación y las curvas 8 metros de alto con 55 grados de inclinación.

Tenía un desarrollo de 3.000 metros, contaba con una baranda de postes tanto en su cuerda externa como en la interna, quedando de esta forma demarcada.

Sobre la recta de llegada se ubicaban los boxes y también un palco para las autoridades de la prueba, los cronometristas y un palco para la prensa, además de tribunas populares.

Calculos previos estimaban los posibles promedios entre 170 a 180 kilómetros por hora para la vuelta.

La tribuna oficial tenía capacidad para 12.000 personas, al pié de ésta había amplios palcos. Debajo de la tribuna oficial existía una confitería, con cocina independiente,

las oficinas administrativas, varias habitaciones, salones para delegaciones deportivas, sala para primeros auxilios y dos pabellones para baños y servicios.

En las tribunas cabían hasta 25.000 espectadores. Se terminaba aquello de la gente amontonada a la vera del circuito, con los peligros que ello representaba.

Se inauguró el 10 de julio de 1927, con varias carreras de motos y autos, destacándose el «Campeonato de la Hora» ganado por Domingo Bucci con su Hudson «Bestium»

por sobre la Bugatti T 37 de Pángaro.

Otra reunión, ese año fue con motivo de los 200 km que se correspondían con 66 vueltas al óvalo; donde se impuso Forrest Greene con Bentley, segundo fue Fraschini con La Perle.

En marzo de 1928, vuelve a imponerse Bucci con su Hudson, nuevamente sobre una Bugatti, esta vez la T35 de Forrest Greene.

Finalmente le llego el turno a una Bugatti, fue para el  «Gran Premio Comparación», Lavarello con una T 35C apodada «Hipólito» le gana a Forrest Greene con su T35.

La última de 1928 se corrio en julio y fueron  las 100 Millas Argentinas, una carrera muy polémica con exclusion de Coppoli, abandonos varios y finalmente la suspensión de la prueba que se le dio por ganada a Franchini con La Perle en medio de un tumulto siendo el único auto en pista.

El autódromo cesa  en su actividad y una nueva sociedad constituida por Oliveira Cesar, heredero de los terrenos, Carlos Shaw, Raúl Cogan y el periodista Pedro Fiore, con el apoyo también, de Don Emilio Saint, se hace cargo en 1930..

Se efectuaron obras de corrección de la pista bajo la supervisión del Ing. Barberis. Quitaron todos los desniveles, rectificaron la pista, ensancharon  y se mejoraron las curvas. Tambien se modifico parte de la inclinación del terraplén y se aplico un nuevo producto en base a aceite para consolidar el suelo.

Esta modificaciones dieron por resultado un desarrollo de 3.065,72 metros de pista.

Tambien se llego a planear, en un futuro cercano, convertir en hormigón la tierra consolidada de la pista, cosa que nunca se llego a concretar.

Finalizadas las obras se reinauguro en septiembre de 1932 con una reunión múltiple en la que F. Arauz con Ford A gano en la categoría «Especiales hasta 1.5 litros y preparados en el país hasta 3.5 litros». Domingo Bucci  se impuso en la categoría «Sólo preparados en el país» con un De Soto Chrysler 6 y en la división «Sólo autos especiales», se impuso N, Dibbern con una Bugatti T35.

Tambien hubo una final conjunta con handicap en la que volvió a imponerse Bucci.

Sobre el final de ese año se disputo el «Poker de Ases», sobre tres series por suma de puntos, en la que se impuso A. Gaudino con el «Insignia de Oro» Chrysler 6.

En enero de 1933 se disputaron: el «Trofeo San Martin» ganado por Domingo Bucci con un Chrysler por sobre Donzino con Hudson, y el «Segundo Poker de Ases»  en el que

Victorio Coppoli con Bugatti se impuso al «Insignia de Oro» de Gaudino.

Por último, con gran despliegue publicitario, se corre el 4 de junio de 1933 el Premio Otoño, sobre una distancia de 405 km divididos en tres series y Ernesto Blanco con R:E:O gana la prueba, segundo fue Carú con Fiat 519 y tercero Mc Carthy con Fiat 525.

Se termino de esta manera la actividad en el primer autódromo argentino, el mantenimiento de la pista ocasionaba gastos insalvables ante cada reunión lo que obligó al cierre definitivo.  En poco tiempo fue demolido el paredón exterior y el terreno fue loteado.

El gran auge y progreso del automovilismo argentino, que cada vez más apasionaba mas al público, debió esperar 19 años para tener el autódromo que este deporte merecía.

Hector Neri.


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