Con el nacimiento del siglo XX, la oligarquía vacuna, hábil en el manejo de los recursos del país, comienza a importar automóviles europeos. El primero de ellos fue un De Dion Buton traído al país por un visionario-Dalmiro Varela Castex- quien años más tarde asombro a la ciudad con un Daimler.

La presencia de vehículos impulsados por motor despertó la pasión por la velocidad y en 1901, en el aristocrático barrio de Palermo, en la Provincia de Buenos Aires, se hizo la primera carrera organizada que fue ganada por Don Juan Cassoulet, con un automóvil Rochester. Había comenzado el automovilismo en la Argentina, que tendría un desarrollo inusitado a pesar de ser una joven República ubicada en el confín de América del Sur.

A medida que crecía la riqueza agrícola-ganadera, se reforzaron los vínculos con Europa y los viajes de gente con buen poder adquisitivo se fue incrementando. Así siguieron llegando al país los automóviles más modernos producidos en Italia, Francia, Alemania e Inglaterra. Esa vinculación de la Argentina, favorecida por la inmigración Europea, motivó que se convirtiera en el único país del continente americano con tanta influencia europea y su adelanto fue notable con respecto al resto de los países de América del Sur.

Datos históricos demuestran lo ocurrido. En 1904 se fundó el Automóvil Club Argentino y el primer Gran Premio de la República Argentina se realizó en Marzo de 1910 uniendo Buenos Aires con Córdoba, situada a 800 km. de distancia. La Argentina es un país con enormes distancias de superficies llanas. Los caminos transitables, fueron llegando con el tiempo y fue creciendo con el desarrollo del automovilismo.

Entre 1904 y 1915 las carreras fueron dominadas generalmente por automóviles de origen Europeo: De Dion Button, Clement Bayard, Sizaire-Naudin,  Peugeot, F.N, Opel, Fiat, Dietrich, Itala.

Recién en 1916 comenzaron a aparecer autos Norteamericanos entre los primeros clasificados en las carreras. Marcas como Studebaker, Marmon, Ford, Chevrolet lograron desplazar a las marcas europeas.  W. P. Rhoads gano el Premio Invierno  de 1916 con un Studebaker. Así llegamos a los años veinte en los que los Hudson, Studebaker, Packard, R.E.O y otras marcas americanas  dominaron la carreras.  

Muchos de estos autos, tanto europeos como americanos, fueron traídos al país por pilotos y aficionados argentinos, como Macoco Alzaga Unzué, Juan Malcolm, Raúl Riganti, Domingo Bucci, Juan Antonio Gaudino, Bernardo Dugan, Eduardo Luro,  Mariano de la Fuente, Luis Viglione, Pedro Malgor y Federico Serra Lima entre otros.

El parque automotor argentino siguió creciendo, mas y mas modernos automóviles de carrera fueron dejando atrás la era de los Hudson, R.E.O, Packard etc.

La Familia Rutini

Felipe Rutini nació el 3 de diciembre de 1866 en Torre San Patrizio, Provincia de Ascoli Piceno, Región de «Le Marche», Italia, fue miembro de una noble y laboriosa familia dedicada a la agricultura, el cultivo de la vid y la elaboración de vinos. Realizó sus estudios en la «Reale Scuola di Agricoltura di Ascoli Piceno» y allí se graduó obteniendo el título de Técnico Agrícola.

La Italia del Resurgimiento y el inestable escenario europeo de la época lo llevaron a buscar nuevos horizontes en América. En 1885, viajó a Mendoza (Argentina) para radicarse definitivamente. 

Se orientó hacia la compra de tierras y a concretar su iniciativa de establecer una empresa propia.

En 1890, contrajo matrimonio con Ernesta Cremaschi -italiana como él, cuya familia también tenía presencia en la industria vitivinícola- con ella tuvo siete hijos; Francisco, Ítalo, Oscar, María, Ernestina, Elena y Leticia. Todos los hijos del matrimonio de Felipe y Ernesta,  nacieron allí en un pueblito que hoy se llama Coquimbito en el departamento de Maipú y fueron enviados a Génova donde Don Felipe tenía una casa para que todos se formaran en las escuelas italianas. Motivo por el cual Felipe iba y venía desde Génova a la Argentina muy a menudo, atendiendo los negocios en Argentina y viendo a su familia en Italia, hasta que todos tuvieron la edad suficiente y volvieron a la Argentina a instalarse definitivamente. Felipe Rutini fallece muy joven en uno de esos viajes a los 53 años. 

Bodega “La Rural”

Felipe Rutini, Capacitado profesionalmente como «Fattore» -administrador agrícola- y con las dotes de observación y formación técnica que poseía, estudió las posibilidades productivas de las tierras mendocinas en el Departamento de Maipú -situadas en pleno corazón económico- y adquirió su primer Finca, en el distrito de Coquimbito, donde funda junto a su cuñado Ángel Cavagnaro la Bodega  La Rural Viñedos y Bodegas SA en el año 1885.

La firma siguió su rumbo hasta que Cavagnaro se fue de la empresa y la bodega quedo en manos de la familia Rutini. 

La bodega, que había nacido con sólo dos bloques de producción y la casa familiar, habilita en 1910 nuevas y amplias dependencias para cumplir el proceso integral de creación de los primeros vinos finos argentinos. Las maquinarias -de avanzada tecnología- se importaban desde Europa.

Con el fallecimiento de  Don Felipe Rutini fue su mujer Doña Ernesta y sus hijos mayores quienes continuaron adelante con la Empresa familiar.

Ítalo Rutini

Nació el 25 de Julio de 1905 en lo que hoy es la Bodega La Rural, aparte de estudiar en Europa también se preparo en escuela de enología. Desde chico tuvo una gran pasión por los autos y las motos. Soñaba con correr carreras. En sus cuadernos de la escuela primaria, algunos aun conserva su hijo Marcelo, dibujaba bólidos y motos de carrera.

A los 17 años debió presentarse para hacer el servicio militar en el Regimiento de Montaña 18 en Uspallata. Recuerda su hijo que como era gran tirador, lo tuvieron un año más en servicio, cosas de otra época.

Luego de la muerte de su padre se puso al frente de la bodega junto a sus hermanos y su madre. Ítalo muy bien capacitado tomo las riendas del negocio implementando nuevas estrategias de crecimiento, abrió nuevos y prósperos mercados domésticos, principalmente en Buenos Aires y Santa Fe. Realizando ampliaciones y nuevas plantaciones de variedades blancas y tintas finas en su nueva finca de Tupungato en 1930( siendo uno de los pioneros en cultivar vides de alta gama en esta zona de Valle de Uco ) y en las otras propiedades de Maipú y Rivadavia.

El haber estudiado y vivido tantos años en Europa lo hizo tener fuertes lazos, por los que viajaba muy seguido.  En uno de sus viajes a Italia con apenas  20 años, cumplió uno de sus sueños de niño.  Compro un Lancia Lambda 1925 y corrió varias carreras.

Lo que es llamativo es que si uno mira los dibujos de cuando era niño aquellos tienen grandes similitudes con la forma del Lancia con el que correría muchos años mas tarde.

Entre los objetos que guarda en su colección su hijo Marcelo hay medallas, credenciales y hasta el brazalete de conductor del circuito de Milano “Monza” de 1926. Entre los recuerdos hay una foto del Chiribiri de Roberto Serboli en los boxes de Monza 1926

En 1928 importo el Lancia y corrió con el mismo varias carreras en el Circuito del Borbollón y en el del Parque General San Martín. Marcelo Rutini conserva algunas filmaciones de aquellas carreras en donde se puede ver a su padre manejando el Lancia en el circuito del Parque.  En las imágenes “chaplinescas” aparecen gran  cantidad de autos tipo baquet girando en el circuito Gral. San Martin.

En 1930 Rutini compro un Hudson de carrera con carrocería de aluminio y cola de bote, con el que corrió varias carreras.  El 9 de Octubre de 1932 obtuvo un  trofeo por el record de velocidad de las primeras 20 vueltas al Circuito General San Martín, batiendo el record de vuelta.

Como muchos pilotos jóvenes de esa época muchas veces corría con un seudónimo  para no ser descubierto por su familia.

En uno de sus viajes a Italia a ver a sus amigos, en el barco conoció a quien sería su futura esposa,  María Elena, 20 años menor, de esta unión nacieron Gustavo y Marcelo.

En 1933 Ítalo introdujo en el mercado la botella tipo caramagnola. Esta estaba inspirada en una botella utilizada en la región alemana de Baviera. Esta era de un vidrio verde oscuro y se imponía entre los clientes más refinados y exigentes de la Europa de la época, la realeza, artistas y escritores, como el poeta Wolfgang Von Goethe.

Marcelo Rutini (Nieto de Felipe e hijo de Ítalo) recuerda: … mi padre trajo desde Italia una cepa de la vid llamada Gewürztraminer, por lo tanto fue la primer bodega Argentina en poseer esta variedad que en realidad su origen es de Alemania, con los años se fue mejorando y haciendo injertos que llevaron a la cepa a sus mejores características germanas. Lo interesante de esta historia es que cuando llegó al puerto de Bs. As., uno de los guardias le dijo que no podía introducir las estacas de las cepas que traía y papá parece que se enojó y empezó a revolearlas hacia el riachuelo, lo que trajo que los guardias lo pararan y finalmente dejaran introducir por vez primera este cepaje…

La bodega siguió afianzándose y sus marcas alcanzaron un gran prestigio. Fue el mismo Ítalo quien estaba encargado de toda la parte de los viñedos, las plantaciones y el manejo y cuidado de los mismos. Murió en Mendoza en 1987 a los 81 años. 

El Hudson del Volante de Cuyo.

Ítalo Rutini compro el Hudson en 1929. Probablemente ya convertido en auto de carrera. Si bien se desconoce el origen y construcción del auto. Las líneas y el concepto del auto demuestran que fue hecho por manos experimentadas y de avanzado nivel de terminación para la época. No se trata de una simple Baquet hecha alivianando un auto de calle. Sino más bien un auto modificado y diseñado para correr. El chasis esta acortado a 2,73mts de distancia entre ejes y reforzado en el centro para hacerlo mas rígido. El motor y la caja están corridos hacia atrás por lo que el radiador queda detrás del eje delantero. La mayoría de todas estas modificaciones se repiten en otros racers de la época. El auto tiene muchas similitudes con los preparados por Luis Viglione, Raul Riganti, Bucci etc.

Nos cuenta Marcelo Rutini que su padre participo de muchas carreras con este auto y obtuvo algunos buenos resultados. Su familia aun conserva fotos, revistas, medallas y trofeos de aquellos años. En 1932 gano el premio Daniel Romera, organizado por el automóvil club de Mendoza y el premio Cigarrillos Gavilán, corrido en el Circuito Gral. San Martin. En 1933 gana el premio Gobernador de Mendoza en el autódromo de San Martin. Fue tapa

de la revista el volante de Cuyo al batir el record de velocidad del circuito Parque Urquiza: 2min21” 35´. A una velocidad de 122.240 kms/h de promedio.

En 1933 marco otro record en el kilometro lanzado en Mendoza, organizado por el automóvil club. 132kms/h. En 1935 corrió el Campeonato Mendocino de Velocidad. Y participo del premio estimulo organizado por el Automóvil Club de Mendoza.

Seguramente  y al igual que toda l actividad automovilística, se interrumpió con la  irrupción de la segunda guerra mundial.  

En su finca quedaron el Hudson y todos sus recuerdos de carreras.


5 comentarios

Javier Artagaveytia · agosto 18, 2023 a las 1:31 pm

Hola como estás. Mi abuelo Daniel Artagaveytia Corria con un Hudson ganando en 1929 la carrera del circuito de Córdoba. Corrió con su Hudson acompañado por Fernando Bini.
Entro los competidores estaban:
Pedro Malgor y Jose Raucatti con Lincoln
Emilio Russo y Jose Raucatti con FIAT
Carlos Ardohain y Augusto Guimarais con HUDSON
ariano de la Fuente y A Gautier con Studebaker
Ernesto Blanco y Tomas Fabregat con R.E.O
Eduraro Luro y Jorge Cáceres con Packard
Eloy Vera y Ricado Ocampo con Ford
Mariano Cigolani y Juan Laflor con Moon
Tomas Roatta y Miguel Arpint con Essex
Ermano Blanchiardi y Miguel Barra con Chandler
Ernesto Bossola y Emilio Sanchez con Chevrolet
Andrés Longhi y Miguel larghi con FIAT
Tomás Calderon y Antonio Ferrer con Studebaker
Domingo Bucci y Alfredo Grettier con Chevrolet
Daniel Artagaveytia y Fernando Binni con Hudson
Guillermo Burke y Pedro Duama con Studebaker.
Tengo el recorte de diario de los detalles de la carrera. Si te interesa pasame un corrreo o como te lo mando. Inclusive fotos de la carrera

    Willy Iacona · agosto 18, 2023 a las 9:37 pm

    Hola Javier, un gusto. Tengo fotos de tu abuelo corriendo. Lo tengo presente entre los que corrieron con Hudson. muchas gracias. sldos Willy. pd: si queres hacemos una nota. tenes info?

Kent Thirley · mayo 15, 2020 a las 8:58 am

Does anyone have knowledge of the ex Raul Riganti Hudson Six that won the 1926 500 miles race in Rafaela?

Juse del Castillo · mayo 13, 2020 a las 2:14 pm

¿El auto de las fotos color es el original?, ¿sigue siendo de la familia?

Hugo Emilio · mayo 8, 2020 a las 1:02 am

Excelente crónica de la historia automovilistica. Gracias

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