Baquets en el Aero Club

El sábado pasado la Fundación Roadbook junto con Facundo Caviglia organizaron un encuentro de Baquets y Motos vintage en el Aero Club de General Rodríguez.

Como siempre la concurrencia fue muy buena, con muchos y muy lindos autos y motos que terminamos estacionando junto a aviones de diferentes épocas que gentilmente expusieron los vecinos del Aero Club.

Hubo una prueba de regularidad, muy bien organizada y fiscalizada por los Hermanos Viña, y que tenía como premio para el primero y segundo clasificados, nada menos que un viaje bautismo en avión.

La prueba estoy seguro le vino muy bien a los autos que estuvieron guardados durante el parate de la pandemia y también a los nuevos y recién terminados que van apareciendo. Siempre hay cosas para ajustar o mejorar en vistas al Gran Premio que tendremos en tan solo dos meses. Mi auto mañana vuelve a boxes para los detalles finales.

Al medio día nos esperaban los amigos de el Faisán con su exquisita picada y degustación de todo tipo de manjares a los que nos tienen mal acostumbrados.

Ya en los postres llego la hora de la premiación. Terceras y siempre entre los primeros, “Las Chicas Baquet” Silvana y Mariana, dos guerreras de la regularidad y siempre difíciles de vencer.  El segundo lugar lo obtuvimos mi hijo Benjamín, debutante que mostro un evidente talento para los relojes y yo; me hizo salir segundo, y primeros Daniel Longobucco y Joaquín “Blem” Ciurleo.

Y no era en broma, hecha la foto, aparecieron los pilotos y ahí fuimos. En el primer vuelo partieron Daniel y Joaquín, con Hernán Tomaz en un Cessna 172 Skyhawk. En el segundo, Mariana, Benjamín y yo con Esequiel Troilo al mando de su impecable y muy lindo “Mooney” Ovation. Debo reconocer que era la primera vez que escuchaba la marca, pero hoy en cuanto pude, busqué la historia y algo aprendí sobre la Mooney Airplane Company de Kerrville Texas fundada en 1929. En el tercer viaje Facundo Caviglia llevo al hijo de Silvana Irusta que no se sabe bien si no se animó a subir al estilizado Bristell RG de Facu o por generosidad de madre cedió su lugar.  

Que sensación maravillosa que es volar en un avión chico. Fuimos hasta lujan para sobrevolar la Basílica y ahí el piloto me cedió el mando por unos minutos, ¿dos minutos?, ¿tres? No sé cuánto fue, pero fue algo que no me voy a olvidar nunca.

Felicitaciones y gracias a quienes con esfuerzo y pasión organizaron el evento y en especial a Facu Caviglia por la invitación.

No duden en contactar a Miguel Tillous que saco muy buenas fotos de todo el evento. 115-014-1452.

Al infinito y más allá. 


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