Adiós a Sean Connery, el agente 007 por excelencia

En muy contadas ocasiones se ha dado una identificación tan asombrosa entre el actor y su personaje como ha sucedido entre Sean Connery y el agente secreto que protagonizó como ningún otro, James Bond.

Thomas Sean Connery nació el 25 de agosto de 1930 en Fountainbridge, Edinburgo, Escocia y murió el 31 de octubre en Nassau, Bahamas, donde residía. Fue el actor que encarnó al agente 007 en siete películas de la saga del agente secreto por excelencia. En años de la Guerra Fría y la carrera especial, con adversarios principales a Estados Unidos y la Unión Soviética, las películas británicas basadas en las novelas de Ian Fleming crearon un nuevo género tan exitoso que tuvo su réplica en la televisión, principalmente en la serie “El Agente de Cipol”.

Connery fue James Bond en las primeras cinco películas, “El satánico Dr. No” (1962), “De Rusia con Amor” (1963), “Dedos de Oro” (1964), “Operación Trueno” (1965), “Sólo se vive dos veces” (1967), en la octava, “Los Diamantes son Eternos” (1971) y por último en “Nunca digas nunca jamás”, de 1983.

Connery le dejó el puesto a Roger Moore, quien había tenido un resonante éxito como “El Santo”, una serie de televisión británica de la década del sesenta, quien lo relevó con tanta calidad que fue el intérprete de James Bond en otras siete producciones, entre 1973 y 1985. La serie continuó con James Bond interpretado por Timothy Dalton, Pierce Brosnan y Daniel Craig.

Connery, reconocido como Sir por la Corona Británica obtuvo, entre otros, premios como un Oscar de la Academia y tres Globos de Oro se retiró de la actuación en 2006, aunque hizo algunos papeles en 2012.

Así como Sean Connery fue para la gran mayoría, incluso los iniciados, el James Bond por antonomasia, su auto resultó ser el más característico del célebre agente 007. Por supuesto éste debía ser, preferentemente, británico aunque Bond, James Bond, condujo todo tipo de maquinaria, desde un Toyota 2000 GT, un AMC Hornet, Renault 11, Lotus Esprit y hasta un saltarín Citroën 2 CV.

En la primera película “El Satánico Dr. No” su auto fue un Sunbeam Alpine y en la siguiente, “De Rusia con Amor”, aparece con un elegante Bentley 3.5 Litre drophead pero no fue sino hasta “Goldfinger” –“Dedos de Oro”- que hace su irrupción el que no sólo es el auto más renombrado de James Bond, sino, de acuerdo a varios estudios y encuestas, el segundo auto más famoso del cine y las series de televisión después del Batimóvil de 1966, el de la serie de Adam West y Burt Ward.

Para dar el salto definitivo a la consagración, James Bond podría haber estado al volante de una Ferrari, Maserati o de un Porsche. Pero no, cuando David Brown, entonces titular de Aston Martin, recibió la solicitud del productor Harry Saltzman para usar uno de sus GT modificados en “Dedos de Oro”, muy lejos estaba de suponer que uno de sus autos se convertiría en el auto más famoso del mundo. El boom que resultaría en una acción de marketing que lejos de ser planificada resultó desmedidamente efectiva, recibiendo órdenes de compra de todas partes del mundo, lo que representó un considerable giro comercial para la pequeña casa inglesa.

Se trató de un DB5 prototipo construido a partir de un DB4 modificado, con un motor de 6 cilindros en línea con doble árbol de levas alimentado por tres carburadores SU HD8, 3995 cm3 y 286 HP a 5000 rpm con una velocidad máxima en el orden de los 210 km/h. El primer y renombrado GT de James Bond fue británico, no obstante su carrocería provenía del Italian Design, una creación de Touring Superleggera (superliviana).

Siendo propiedad de Aston Martin y denominado como el “road car”, su número de chasis era DP/2161/1, el de motor 400/P/4 y su chapa patente BMT 216A. Le decían el “auto de calle” por ser utilizado en todas las escenas en las que Bond aparece al volante. Contaba con los artefactos que asombraron a los millones que colmaron las salas de cine de todo el mundo: las ametralladoras que salían de las luces delanteras de posición, uñas retráctiles del paragolpes delantero, placa antibalas que salía detrás de la luneta, mariposas extensibles para destruir las ruedas de los autos que se ponían a su lado, dispositivo que arrojaba aceite a quienes lo seguían, chapas patente rotativas para despistar, el radar ubicado en la consola central y, por supuesto, el asiento eyectable y la apertura del techo para deshacerse de los bandidos.

En 1968 Aston Martin le quitó todos los dispositivos y se lo vendió como auto usado con 50000 millas en el odómetro a Gavin Keyzar, quien lo registró con la patente 6633 PP. En 1969 le hizo reinstalar todos los artefactos para revalorizarlo con la historia del auto. Años después fue vendido a Richard Loose de Utah, Estados Unidos y a Anthony Pugliese de Florida. Asegurado en U$S 3200000 en 2006, fue robado de un hangar en Boca Raton en 2007 en circunstancias poco claras. Suponiendo que había sido destruido, la empresa de seguros pagó la reclamación.

El otro Aston Martin utilizado por James Bond fue el DB5/1486/R, de chapa patente FMP 7B. También propiedad de Aston Martin fue utilizado en “Dedos de Oro” y también en “Operación Trueno” y llamado “The Gadget Car” por haber sido utilizado para todos los efectos especiales.

Los artefactos fueron quitados en 1968 y el auto fue vendido a Jerry Lee de Estados Unidos por U$S 12000. El DB5/1486/R apareció en algunas exposiciones y en una en Memphis, Tennessee, resultó dañado por lo que Lee, aseguró que no lo iba a exhibir nunca más. Sin embargo, en 1977 el presidente de Aston Martin de Estados Unidos le pidió presentarlo en el Salón de Nueva York. Aston Martin se encargó de reinstalarle todos los dispositivos especiales y resultó en un gran éxito.

Después de haber sido expuesto nuevamente en 1981, Lee lo preservó en su casa hasta que lo vendió para recaudar fondos para su fundación, la que apoyaba la educación y proyectos contra el crimen. RM Auctions le vendió el auto en octubre de 2010 en U$S 4.600.000 a Harry Yeaggy, un conocido coleccionista de autos clásicos que aun lo posee y suele presentarlo en concursos en todo Estados Unidos.

Asimismo hubo otros dos Aston Martin DB5 construidos por pedido de Eon Productions –la productora de las películas de James Bond- con fines publicitarios pero que nunca fueron conducidos por Connery en ninguna película. Uno es el de número de chasis DB5/2017/R con una nueva chapa patente BMT 216A. Uno de sus propietarios fue el piloto de competición Bob Bondurant y después de estar perdido, reapareció en la Louwman Collection del National Automobile Museum in Raamsdonksveer, Holanda, donde aun hoy forma parte de su colección.

El otro es el de número de chasis DB5/2008/R y chapa patente YRE 186H. Fue subastado el 20 de enero de 2006 en el Biltmore Hotel de Phoenix, Arizona, y mientras que Terry Lobzun de RM hizo que las ametralladoras sonaran entre gran festejo de los presentes, el martillo cayó por U$S 2.400.000. El DB5/2008/R fue restaurado entre 2006 y 2014 por Ros Engineering en Suiza y ofrecido en subasta en el Portola Plaza Hotel de Monterey, California en 2019.

Los cuatro autos residieron en algún momento en Estados Unidos, pero sin duda alguna el único sobreviviente de los dos utilizados en las películas es el DB5/1486/A es el de Harry Yeaggy.

La trascendencia del DB5 ha sido tan enorme que además de en “Dedos de Oro” y “Operación Trueno”, apareció en otras cinco películas de James Bond: “GoldenEye”, “Tomorrow Never Dies”, “Casino Royale”, “Skyfall” y “Spectre”.

La asociación de Eon Productions con Aston Martin fue tan exitosa que muchos otros modelos de la marca tuvieron un rol estelar en otras películas, como el Aston Martin DBS y V8 Vantage Volante, por ejemplo.

Por supuesto no podemos dejar de mencionar que el suceso del Aston Martin DB5 fue tan grande que Corgi Toys lo introdujo en su colección con tal suceso que fue elegido Juguete del Año en 1965. Fue realizado primero en escala aproximadamente 1:43 en un ficticio color dorado, con llantas de rayos y muchos de los dispositivos. Luego fue fabricado nuevamente en 1968 en el auténtico gris plateado con el otro gadget más, la extensión de las mariposas de las ruedas traseras.

Para aquellos padres que no podían comprarles a sus hijos un juguete tan caro, Husky, la línea de menor tamaño de Corgi, lo produjo en escala 1:64, manteniendo el techo que se abría y el villano que era eyectado. En 1995 fue motivo de un nuevo lanzamiento de Corgi Toys, aunque en escala 1:32. Años después, Minichamps presentó una excelente versión del DB5 de 007 en escala 1:43 y más recientemente, La Nación lo incluyó en su colección de autos de James Bond, el que fue distribuido en kioscos a un precio mucho más accesible.


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