Con 17 carreras en nueve autódromos diferentes, el campeonato de Sport Prototipo de 1970 fue el más extenso de los cuatro años de esta categoría. Pero a diferencia de lo que sucedió en 1969, la definición se extendió hasta la última carrera en 1970 hubo un neto dominador: Néstor Jesús García Veiga y el Chelco I-Chevrolet.

El Nene García Veiga había sido la revelación de 1969. Joven, veloz y talentoso había sido descubierto por Carlos Pairetti, a quien lo invitó a correr en Turismo Carretera con una Liebre I 1/2, luego el Barracuda y en 1968 le prestó el Trueno Naranja para correr en Buenos Aires. El más joven del Póker de Ases de Arrecifes –con Pairetti, Carlos Marincovich y Luis Di Palma-, fue contratado como piloto Nº 1 para el flamante equipo de la Comisión de Concesionarios General Motors constituido en 1970. Sus autos eran dos Truenos Sprint-Chevrolet diseñados por Pedro Campo y construidos en los talleres de Steven y pintados de azul con una ancha franja roja central con vivos blancos y un enorme alerón trasero negro.

Como compañero de equipo de García Veiga fue contratado el ramallense Mauricio García, quien comenzó a competir iniciada la temporada. El Chelco I de García Veiga y el Chelco II de Marito García eran similares, salvo que el Chelco I corrió al principio del año con el techo alto tal como el Trueno Sprint, mientras que el Chelco II de Marito García compitió desde su aparición con el techo bajo que permitía la reducción del área frontal para ganar unas 300 rpm. La otra diferencia fue que el Chelco I contaba con un eje trasero rígido sostenido por cuatro tensores mientras que el Chelco II tenía un eje trasero De Dion. En ambos Chelco, la caja de dirección era Peugeot, la suspensión delantera presentaba reminiscencias del Lotus 72 en el acondicionamiento de las parrillas para evitar el cabeceo y las carrocerías de plástico poliéster.

En el 50ª aniversario de aquella fantástica temporada, hablamos con Néstor García Veiga, quien atendió a www.dandydriver.com con su habitual cortesía: “1970 fue el año más importante de mi carrera, en el que gané prácticamente la mitad de las carreras, 8 de 17. Los autos fueron construidos en el taller que Horacio Steven le había alquilado a Vicente Sergio, unos galpones de media manzana que fueron una fábrica de caños sin costura, en San Andrés, Provincia de Buenos Aires”.

“La Comisión de Concesionarios compró dos Trueno Sprint, que fueron llevados a los talleres de la calle Campana, en Buenos Aires; allí fueron repasados a fondo y se le hicieron algunas modificaciones. Los Trueno Sprint fueron rebautizados Chelco, un nombre que sugirió un integrante del equipo, ‘porque era un animalito que pica y mata’. El Trueno Sprint –o Chelco- tenía una estructura tubular y, aunque aparentemente no lo parecía, se trataba de una evolución del Trueno Naranja, que manejé una vez en 1968, y hasta el comportamiento de ambos autos era muy similar”. 

“El equipo de la CDCGM estaba formado por catorce personas bajo la dirección del ingeniero Ricardo Joseph. Contábamos con siete personas para cada auto con motores de la Comisión de Concesionarios que eran ensayados en los bancos de prueba de la fábrica General Motors en San Martín. Eran motores Chevrolet 250 de seis cilindros en línea y siete bancadas, con tres carburadores Weber, horizontales en el caso de mi auto. Producían 330 HP a 6500 rpm, aunque podíamos tirar hasta 6800 vueltas”.

“Si tengo que decir qué victoria recuerdo en especial, no sabría cuál elegir. Aunque debe haber sido la del ‘Oscar Cabalén’, porque luché toda la carrera con Luis Di Palma quien corría con el Berta-Tornado de motor delantero. Ese día gané la carrera y salí campeón”.

Los ocho triunfos de Néstor Jesús García Veiga que le dieron el  –título fueron los siguientes: 1º de marzo en la apertura en Buenos Aires; 22 de marzo en la 2ª carrera en Comodoro Rivadavia; 31 de mayo en la 6ª carrera en Las Flores; 28 de junio en la 8ª carrera en Buenos Aires; 26 de julio en la 10ª carrera, en la inauguración del Autódromo de Nueve de Julio; 16 de agosto en la 11ª carrera en Paraná; 11 de octubre en la 14ª carrera en Alta Gracia y 25 de octubre en la 15ª carrera en San Juan. Además del fino y veloz manejo de García Veiga, el equipo mostró su eficiencia ganando las dos carreras de larga duración, los 500 Kilómetros del 28 de junio en Buenos Aires y la otra, también sobre 500 Kilómetros, el 11 de octubre en Alta Gracia, en los que el reabastecimiento de los autos fue brillante: menos de un minuto para la operación, un excelente valor para la época.

Tan fantástica serie de triunfos –las dos carreras de larga duración otorgaba mucho más puntaje- más los puntos de cuatro segundos puestos, el 26 de abril en Buenos Aires, el 10 de mayo en Maggiolo, el 23 de agosto en San Juan y el 8 de noviembre en Las Flores, le permitieron a Néstor García Veiga coronarse con 43,5 puntos mientras que sus escoltas, Jorge Cupeiro y Carlos Ruesch, empataron el segundo puesto con 15,5 puntos. Resulta digno de mención que fue un momento de predominio de Chevrolet, ya que los tres mencionados utilizaban motores de General Motors.


3 comentarios

Juan Carlos Fekete · mayo 7, 2022 a las 6:14 pm

Yo estuve en las tribunas en la foto en la que el baufer Cheetah del tano Vianini va adelante. Era impresionante ver doblar (aún desde lejos en la tribuna) a los autos en la curva de Ascari, que no tenía aún la chicana y doblaban a 260 o 270 km/h. Fueron mis mejores años como espectador de automovilismo.

    Willy Iacona · abril 6, 2023 a las 10:06 pm

    Gracias, si fue una epoca de oro del automovilismo argentino, sldos

Jorge Picabea · mayo 2, 2022 a las 1:36 pm

Formidable! Muchas gracias!

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