LA CARRERA MÁS VELOZ DEL T.C.

El Gran Premio fue desde los comienzos del Turismo Carretera su prueba de mayor relevancia, un clásico que cerraba las temporadas y muchas veces definía al campeón. Resulta curioso que los últimos dos Grandes Premios fueron organizados en la Provincia de La Pampa, corriéndose exclusivamente en su territorio.

En 1983 fue de sólo dos etapas y el ganador fue Roberto Mouras, quien consiguió su primera corona; fue la última vez que el TC corrió sobre un tramo de tierra. La temporada 1984 terminó con dos carreras sucesivas en Olavarría y Necochea, que fueron consideradas Gran Premio de ese año. La segunda edición del Gran Premio de la Pampa fue en 1986; ese sería el último GP de Turismo Carretera.Cuestiones de seguridad y las dificultades surgidas para cortar tantas rutas al tránsito aconsejaron no realizarlo más.

El Gran Premio de La Pampa que recordamos fue llamado “Octavio Justo Suárez”, en reconocimiento al piloto y presidente de la ACTC fallecido el 23 de septiembre de 1984 en un accidente en el circuito de Tandil. Fue realizado del 4 al 7 de diciembre de 1986, con tres etapas y un recorrido total de 1498,4 kilómetros.

La primera etapa, de 556,4 kilómetros, se corrió sobre tres vueltas a un trazado rectangular de 185,47 formado por cuatro rutas con largada y llegada cerca de Santa Rosa. La segunda, de 443 kilómetros, comenzó sobre la Ruta 14 a 200 metros de la Ruta 35, cerca de Santa Rosa y tras empalmar la Ruta 1, finalizaba en General Pico. La tercera, de 501 kilómetros, tuvo tres vueltas a un circuito trapezoidal; se partía cerca de General Pico, se empalmaba con la Ruta 2, Ruta 35 y Ruta 4.

 El Gran Premio de 1986 entregó un puntaje muy superior al de las demás pruebas, tanto en las etapas como en la clasificación final, lo que creó tantas expectativas que fue la carrera de tuvo 89 inscriptos, el número más alto del ‘86. Mientras que el puntaje ideal de una carrera normal era de 30 puntos (5 de la serie y 25 la final), el que lograra ganar las tres etapas y la general ¡hubiera sumado 121 puntos! Este festival de puntos abrió muchísimo el abanico de candidatos al título, aunque los principales candidatos eran Johnny De Benedictis, Oscar Castellano y Oscar Angeletti, los tres de Dodge.

El ritmo del Gran Premio de La Pampa fue frenético y si hubo un verbo que no se conjugó fue especular, y la primera etapa dejó 42 abandonos, entre ellos los de Roberto Mouras, Oscar Aventin y Emilio Satriano, además del retraso de Castellano. El vencedor fue De Benedictis a 251,709 km/h, escoltado por tres Dodge: Julio Salgado, Pedro Doumic, Antonio Aventin y quinto, Osvaldo Morresi con Chevrolet.

En el segundo parcial hubo nuevas sorpresas: los dos primeros quedaban fuera de carrera: De Benedictis por rotura de diferencial y Salgado por un balancín, aunque triunfaba otro piloto de Dodge, Juan Carlos Nesprías, a un promedio aun más asombroso: 257,033 km/h. Detrás de él se ubicaron Osvaldo Morresi (Chevy), Castellano, Roberto Urretavizcaya (Chevy) y José Luis Paolucci (Dodge), mientras que Angeletti, candidato a campeón, llegaba octavo. En la clasificación general, el puntero era Morresi, quinto en la primera etapa, escoltado por Doumic, quien había llegado tercero en el primer parcial, y tercero Paolucci.

En la tercera etapa 38 pilotos continuaban en carrera. Urretavizcaya tomó la punta escoltado por Paolucci, si bien otro Chevrolet lo superó, Morresi, y pasó a ser el nuevo líder, seguido por Doumic y Paolucci. Hasta que un chimango se le metió en la toma de aire del carburador de Morresi y debió detenerse para quitarlo.

Al paso por General Pico el puntero en la general era Doumic, seguido por Paolucci. En la mitad de la etapa Castellano se ubicaba segundo pero Angeletti, aunque más atrás, ostentaba la vanguardia del campeonato.

Habría más alternativas: Castellano abandonaba con el cigüeñal roto y después, también Angeletti al romper el cárter. Cada etapa tuvo un vencedor diferente, y en la tercera se impuso Urretavizcaya a 250,125 km/h, quien le sacó casi un minuto a Doumic, con Oyhanart tercero, Paolucci cuarto y Edgardo Caparrós (Dodge), quinto. Sin haber ganado ninguna de las etapas –fue tercero, sexto y segundo- el vencedor en la suma de tiempos fue Pedro Tolo Doumic, a 248,776 km/h con la enorme satisfacción de haber triunfado en el Gran Premio –y de la carrera- de Turismo Carretera más veloz de la historia.

 Las diez primeras posiciones se completaron con Paolucci, Morresi, Nesprías, Oscar Spinello (Dodge), Eduardo Antonio Marcos (Falcon), Caparrós, Oscar Alaux (Chevy), Marcelo González (Dodge) y el recordado Osvaldo Sasso (Falcon).

Finalizado el Gran Premio de La Pampa, Oscar Mario Angeletti quedó consagrado Campeón Argentino de Turismo Carretera con 247 puntos, escoltado por Juan De Benedictis con 230,25; Castellano con 209 y Morresi con 207,5.

Con su triunfo, Doumic ocupó el séptimo puesto del torneo con 190 puntos, sólo 1,5 menos que Satriano y por delante de Oscar Aventin, que sumó 174.

Consideramos oportuno concluir con el recuerdo de Carlos Alberto Legnani, pampeano de Winifreda y fundador de Campeones, quien nos contó lo siguiente: “Habíamos organizado el Gran Premio con Octavio Suárez en 1983, y, en función de su éxito, la ACTC decidió hacer el segundo y último en 1986. Me convocaron para ver si lo podíamos llevar adelante y con la gente de Winifreda se llevó a cabo con mucho éxito cuyo vencedor fue Pedro Doumic, en la única carrera de TC que ganó el piloto de Santa Teresita, siendo el primer triunfo de un motor preparado por Johnny Laboritto.

 Como socio honorario del Club Deportivo Winifreda, fui simplemente el de la idea. El Club era presidido por Ricardo Pellegrino, amigo mío que con la comisión directiva aceptó hacer los dos Grandes Premios.

Conseguimos que fueran auspiciados por Juntas Clipper y logramos hacer la pileta y el gimnasio, que siguen existiendo. Quiero agradecer también a Ricardo Belfiore y a los muchachos del Club de un pueblo de 2300 habitantes que realizaron un Gran Premio, con la gente de Macachín, Santa Rosa y General Pico, haciendo asados multitudinarios en la llegada de cada etapa.

Todos colaborando, que nos mandaron vaquillonas, corderos, lechones y verduras, y todo el mundo comía gratuitamente cuando terminaban las etapas.

Para mi fue una satisfacción inmensa haber pasado de escuchar las carreras por onda corta a lograr organizar un Gran Premio, que fue bravo y difícil, con rectas pronunciadas y velocidades tremendas con tramos en los que se llegó a los 270 km/h”.

fotos: archivo DandyDriver y @jadb1960


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