El 28 de octubre se cumplieron setenta años del primer Campeonato Mundial de Juan Manuel Fangio, un lauro sencillamente excepcional. El balcarceño es para muchos el mejor piloto de todos los tiempos y aunque algunos postulan a otros en esta privilegiada posición, nadie discute que fue el mejor de la era de la década del cincuenta, en la que predominaron los autos de motor delantero. De todos modos, la estadística de cantidad de victorias por Grandes Premios corridos es implacable: Fangio ganó prácticamente la mitad de los que largó: 47,06% mientras que su contemporáneo Alberto Ascari ostenta 40,63 %; luego se ubica tercero Hamilton con 35,44% –primero entre los pilotos actuales- y cuarto Clark con 34,72%. Sin embargo, no deja ésta de ser una consideración injusta, ya que se toma como punto de partida el primer Campeonato Mundial y por lo tanto no son tomados en cuenta grandes campeones de otras épocas, como Bernd Rosemeyer, Rudolf Caracciola o Tazio Nuvolari.
El triunfo de San Remo, en 1949, fue el comienzo de la excepcional campaña internacional de Juan Manuel Fangio. El pintor y astrólogo Xul Solar, amigo y compañero de Jorge Luis Borges en una revista vanguardista, supo anticiparlo. Así lo manifiesta el artículo de Carlos Marín en la edición especial de la revista Coche a la Vista de 1950, en la que Xul Solar publicó la carta astral de Fangio, un análisis de su personalidad de acuerdo a los astros y el vaticinio que auguraba logros excepcionales. En algunos párrafos señaló sobre Fangio lo siguiente: “Por un lado aparecen los éxitos y la suerte, y por otro un descontento hasta consigo mismo, manifestándose a veces solitario con ciertos tintes de frialdad. (…) Marte en cambio, en mal aspecto con Neptuno lo muestra rebelde con lo banal y cotidiano, es decir, que no soporta fácilmente la vulgaridad, pues su espíritu necesita estar en contacto con algo superior, dedicándose por completo a aquello que lo apasiona verdaderamente y sale de lo común. Ha elegido, por consiguiente, la carrera que mejor está de acuerdo con su personalidad. (…) En todo cuanto emprende está presente la mano del destino que lo va llevando al terreno predilecto, donde su tenacidad se encarga de labrar el triunfo.».
Después de haber ganado en 1949 seis carreras en Europa, y obtener al año siguiente otros cinco triunfos sin puntaje, más otros tres en Chile y Argentina, incluyendo las 500 Millas Argentinas. En 1950, año de la primera temporada del Campeonato Mundial, disputó el título con Giuseppe Farina, su compañero de equipo en Alfa Romeo, quien fue ganador en Gran Bretaña, Suiza e Italia, para su consagración como primer Campeón Mundial con 30 puntos.
Fangio, por su parte, fue el vencedor de otros tres Grandes Premios, Mónaco, Bélgica y Francia. En la carrera definitoria de Italia abandonó y sólo sumó el punto del récord de vuelta para terminar segundo en el campeonato con 27, siendo tercero Luigi Fagioli con 24.
Para la segunda temporada del Mundial de Conductores, Alfa Romeo conservó a sus tres pilotos, Farina, Fangio y Fagioli, aunque también contó con otros cuatro volantes: los italianos Consalvo Sanesi y Felice Bonetto, y ocasionalmente el alemán Paul Pietsch y el suizo Emmanuel de Graffenried.
Para mantener competitivas sus máquinas en 1951, Alfa Romeo modificó sus autos, aumentando la potencia del motor de ocho cilindros en línea de 1500 cm3 con compresor. Asimismo, incorporaron eje De Dion en el eje trasero, y pasaron de la denominación 158 a 159. La mayor potencia llevó a un mayor consumo, y por lo tanto las Alfetta debían reabastecer más frecuentemente que sus rivales directos, las Ferrari 375 de motor V12 de 4500 cm3 normalmente aspirados.
Para el primer Grand Prix del año, el 27 de mayo en Suiza, los cuatro Alfa Romeo 159 eran ligeramente diferentes. El campeonato comienza el 27 de mayo en Suiza. En el peligroso circuito de Bremgarten de 7280 metros en Berna, Fangio registró el tiempo más veloz, 2m35s9/10, aunque sin mejorar el récord de Bernd Rosemeyer con Auto Union en 1936, que era de 2m35s5/10 a 169,633 km/h. Largó desde la primera fila junto a su compañero Farina, que marcó 2m37s8 y Luigi Villoresi (Ferrari), 2m39s3. Fangio largó primero, y salvo Farina que punteó cinco de las 42 vueltas, prácticamente ganó de punta a punta, logrando asimismo el récord de vuelta. Sus escoltas fueron italianos: Piero Taruffi (Ferrari) llegó segundo a 1m15s3/10, mientras que el campeón del Mundo, Farina (Alfa Romeo), fue tercero. Luego se clasificaron Sanesi, de Graffenried, Ascari y Louis Chiron (Maserati). La octava posición la ocupó un joven inglés debutante que prometía llamado Stirling Moss, con un HWM.
Tan sólo tres días después, el miércoles 30 de mayo, fue realizada la segunda carrera del campeonato, las 500 Millas de Indianápolis. Su vencedor fue Lee Wallard (Kurtis-Offenhauser) en 3h57m38s06/10 a 203,169 km/h. Fue el primer triunfador en recorrer las 200 vueltas en menos de cuatro horas y a más de 200 km/h de promedio.
El 17 de junio fue el segundo Grand Prix y tercera carrera del campeonato. El Gran Premio de Bélgica en Spa-Francorchamps con sólo trece autos fue la que contó con menor número de máquinas. Fangio en 4m25s fue el más veloz, con Farina segundo en 4m28s y Villoresi, en 4m29s. Desde la primera fila Villoresi tomó la punta que mantuvo las dos primeras vueltas siendo superado primero por Farina. Fangio, que había quedado cuarto, pasó a Villoresi en la quinta vuelta y a Ascari en la sexta. Mientras iba acercándose a Farina, en la décima marcó el récord en carrera, 4m22s1/10 a 193,925 km/h. El balcarceño superó a Farina en la 15ª, pero la punta le duró una vuelta; en la siguiente debió reabastecer y cambiar sus neumáticos. El bloqueo de una rueda trasera le hizo perder catorce minutos y quedó último. Farina (Alfa Romeo) fue el vencedor a 183,947 km/h con Ascari segundo a 2m51s y Villoresi tercero a 4m22s. Fangio llegó noveno y último con cuatro vueltas menos. Farina tomaba la vanguardia del campeonato con 12 puntos, mientras que Fangio, con el punto del récord de vuelta, sumaba 10. Tercero estaba Wallard, 9; mientras que la cuarta posición la compartían Ascari, Taruffi y Mike Nazaruk -segundo en Indianápolis- con 6 puntos.
El 1° de julio se corrió el Gran Premio de Francia en Reims, circuito de 7815 metros. Los Alfa de Farina, Fangio y Sanesi fueron equipados con tanques de combustibles suplementarios mientras que el de Fagioli fue un 159 normal. Fangio fue el más veloz en clasificación, en 2m25s7/10, seguido por Farina, 2m27s y Ascari, 2m8s1. Fue este el debut de Froilán González en la Scuderia Ferrari, quien marcaba el sexto tiempo en 2m30s8. En este Gran Premio se produjo la primera presentación de Onofre Marimón. El piloto cordobés con una Maserati 4CLT clasificó 15° y abandonó por problemas de motor.
Fangio fue el primer líder, pero en la primera vuelta lo superó Ascari, quien fue el puntero hasta la novena, cuando abandona por problemas de caja. El equipo hace detener a González para cederle su auto a Ascari, y Farina toma la punta. Luego, Fangio tuvo un problema con su auto y Fagioli debe detenerse para dejarle su Alfa Romeo al argentino. En tanto que en la vuelta 44 a Farina se le desbanda un neumático, lo cual se repite en la 61ª. Ascari queda primero pero tiene problemas de frenos y no puede aguantar el avance de Fangio, quien lo supera y tras 77 vueltas, resulta vencedor a 178,588 km/h. Fangio comparte el triunfo con Fagioli y los ocho puntos de la primera posición, a los que suma el punto del récord de vuelta, 2m27s8 a 190,368 km/h. Segundos se clasificaron Ascari-González a 58s2, quienes compartieron los 6 puntos del segundo puesto. Con tres vueltas menos llegó tercero Villoresi (Ferrari), cuarto Reginald Parnell con la Ferrari verde –la Ferrari “inglesa” llamada Thin Wall Special- y quinto Farina (Alfa Romeo). Fangio pasaba a liderar el Campeonato con 15 puntos, seguido por Farina, 14. Compartieron la tercera posición Ascari y Wallard con 9 y quinto Villoresi con 8.
Con el Grand Prix Británico, quinta prueba de 1951, no sólo comenzó la segunda mitad del campeonato sino que fue un punto de inflexión en la categoría. Después de catorce victorias en los Grandes Premios de posguerra –nueve de ellas del Campeonato Mundial-, Alfa Romeo fue vencida por primera vez con una neta victoria de Ferrari a través del argentino José Froilán González. En el circuito de 4710 metros el arrecifeño registró el mejor tiempo, 1m43s4; luego quedaban Fangio, 1m43s5; Farina, 1m45s y Ascari, 1m45s2. Pero los cuatro de la primera fila largaron mal y Bonetto tomó la punta desde la segunda hilera, aunque en la segunda vuelta González volvió al primer puesto. Fangio a su vez superaba a González en el décimo giro, liderazgo que mantuvo hasta la 38ª vuelta. La lucha se presentó entre Alfa Romeo y Ferrari, con dos argentinos al volante. Una vez que Froilán recuperó la punta se fue alejando, beneficiado por el reabastecimiento del Alfa Romeo de Fangio que demandó 49 segundos, mientras que la Ferrari de González tardó sólo 23. Tras la 90 vueltas, Froilán logró la primera victoria de la marca decana del Campeonato Mundial a 154,673 km/h. En un extraordinario “1-2” de los argentinos fue secundado por Fangio a 51 segundos; tercero llegó Villoresi a 2 vueltas y cuarto Bonetto a 3 vueltas. En esta carrera debutó la marca británica BRM, uno de cuyos autos conducido por Reg Parnell, llegó quinto con cinco vueltas menos. No sólo fue el primer triunfo de la que se convertiría en la marca más exitosa de la categoría, sino que, asimismo, por primera vez triunfaba una máquina construida después de 1950, eclipsando a los monoplazas anteriores a la Segunda Guerra Mundial. Después del Gran Premio Británico, Fangio lideraba el Campeonato con 21 puntos; luego Farina, 15; Villoresi, 12; González, 11 y Ascari y Wallace empataban el quinto puesto con 9.
El 29 de julio se corrió en Nürburgring el primer Gran Premio de Alemania después de la Segunda Guerra Mundial. Los entrenamientos en el difícil circuito de 22810 metros comenzaron el martes con autos de turismo, siendo que Farina recorrió al menos 600 kilómetros con un Alfa Romeo 1900. Por primera vez en el año un argentino no fue el más veloz en las pruebas de clasificación; Ascari fue el más veloz en 8m55s8/10; luego se ubicaron González, 9m57s5; Fangio, 9m59s y Farina, 10m01s. En esta carrera el alemán Paul Pietsch, ex piloto de Auto Union, corrió con el cuarto Alfa Romeo. En el intento de mejorar su tiempo, Fangio se fue de pista cerca de Adenau, donde una espesa cerca de arbustos evitó que cayera por la pendiente.
El Gran Premio de Alemania fue una emotiva demostración de la lucha por el campeonato entre Ascari y Fangio. Según estimaban en Alfa Romeo, debían cambiar de neumáticos dos veces, por lo que largaron con los tanques semillenos. Fangio punteó las cuatro primeras vueltas; Ascari lo superó en la quinta y lideró hasta la novena. A mitad de carrera, González tomó la punta y llegó a liderar con 52s4/10 sobre Ascari. Fangio recuperó la vanguardia entre la 11ª Y 14ª, pero Ascari lo superó en la 15ª, manteniéndose primero hasta la 20ª, logrando su primera victoria en el Campeonato Mundial logrando a 123,798 km/h. Fangio fue segundo a 30s5/10, por delante de un cuarteto de Ferrari: tercero llegó González a 4m39s; Villoresi a 5m50s; Taruffi a 7m49s1 y Rudi Fischer, llegó sexto con una Ferrari 212. Corridas seis carreras, Fangio lideraba el campeonato con 27 puntos; luego se ubicaban Ascari, 17 y terceros, Farina, González y Villoresi, 15.
La séptima carrera fue el Gran Premio de Italia, el 16 de septiembre en el circuito de Monza de 6300 metros. En plena etapa definitoria, un llamativo error de cronometraje le dio a Fangio y Farina dos segundos en las pruebas de clasificación, cuyas primeras posiciones fueron exclusividad de Alfa Romeo y Ferrari. Los cuatro mejores de la primera fila fueron: 1° Fangio (Alfa Romeo), 1m53s2/10; 2° Farina (Alfa Romeo), 1m53s9; 3° Ascari (Ferrari), 1m55s1 y 4° González (Ferrari), 1m55s9. Los tres de la segunda fila: 5° Villoresi (Ferrari, 1m57s9; 6° Taruffi (Ferrari), 1m58s2 y 7° Bonetto (Alfa Romeo), 1m58s3 mientras que de Graffenried (Alfa Romeo), fue octavo en 2m05s1/10 y compartió la tercera fila con los Gordini de los franceses André Simon, Maurice Trintignant y Robert Manzon.
En la primera vuelta de la carrera sobre 80 vueltas, el primero era Farina seguido por Fangio, Ascari y González. En la segunda vuelta Fangio era el líder con Ascari detrás, intercambiando las posiciones entre la cuarta y la séptima vueltas, mientras que Fangio volvió a la punta durante las cinco vueltas siguientes. En resumen, los máximos contendientes por el campeonato lucharon rueda a rueda durante ocho vueltas, pero en la 13ª a Fangio se le rompía el neumático delantero derecho. Farina que había abandonado, sale en la 29ª vuelta con el auto de Bonetto y marca el récord de vuelta. Después de la imprevista parada, Fangio recuperó y en el 34° giro ya estaba a 24 segundos de Ascari. Sin embargo, justo a mitad de carrera el motor de Fangio se rompía. Cumplidas las 80 vueltas, Ascari llega vencedor a 185,927 km/h escoltado por González a 44s6/10; Ascari logra su segundo triunfo consecutivo y Ferrari el primer “1-2” de su larga historia en el Campeonato Mundial. Con un giro menos llegaron Farina-Bonetto (Alfa Romeo); Villoresi (Ferrari) y Taruffi (Ferrari).
Después del Gran Premio de Italia y con sólo uno por ser disputado logrando a 123,798 km/h, los candidatos al título eran los tres primeros del campeonato: Fangio con 28 puntos; Ascari, 25 y González, 21. Ya fuera de la lucha, Farina y Villoresi empataban el cuarto puesto con 18. ¡Hoy parece increíble que alguna vez dos argentinos hayan llegado al final del Campeonato Mundial con posibilidades de ganarlo!
El ingreso de España al Mundial de Conductores fue muy relevante, ya que su primer Gran Premio, el 28 de octubre de 1951 cerró una temporada fabulosa. Fue la única en la que el título fue definido entre Alberto Ascari y Juan Manuel Fangio, y la única en la historia disputada entre Alfa Romeo y Ferrari, algo sencillamente extraordinario. El Gran Premio fue realizado en el circuito urbano de Pedralbes, un barrio de Barcelona, en un trazado aproximadamente triangular de 6310 metros que debió ser recorrido 70 veces.
Como en todos los Grandes Premios de 1951, los más rápidos fueron las Ferrari 375 y los Alfa Romeo 159, alternándose una y otra marca en las ocho primeras posiciones de las pruebas ce clasificación. Ascari (Ferrari) fue el más veloz y el único por debajo de los 2m11s, ya que giró en 2m10s59. Lo siguieron Fangio (Alfa Romeo), 2m12s27; González, 2m14s01 y Farina, 2m14s94, quienes ocuparon la primera fila. Luego fueron 5° Villoresi, 2m16s38; 6° de Graffenried, 2m16s39 y 7° Taruffi, 2m16s90, en la segunda fila. En tanto Bonetto, en 2m21s80 largó en tercera fila, mientras luego se ubicaron los Gordini y Talbot franceses, dos Maserati y un Osca.
Para ganar la última carrera y el campeonato, Alfa Romeo preparó cuidadosamente sus autos; se hablaba de 440 HP. Las 159 adoptaron neumáticos de gran tamaño, suspensiones blandas y frenos duros para evitar que los pilotos los aprovechen excesivamente. Una puesta a punto diferente fue la que siguió Ferrari, con neumáticos más chicos y mejores frenos. El problema de los neumáticos en Monza se repitió en Barcelona. Siete de los ocho autos de equipos oficiales –Ferrari y Alfa Romeo-, debieron cambiar como mínimo 22 neumáticos, principalmente los traseros.
En la primera frenada, Ascari tomó el comando y en la 4ª vuelta Fangio lo superó. En el 6° giro Taruffi ya debió cambiar neumáticos y en la 9ª Ascari tuvo que imitarlo. Las cubiertas de Ascari duraban un promedio de nueve vueltas, unos 57 kilómetros. Fangio, con el mejor Alfa Romeo logró el triunfo a 158,841 km/h escoltado por Froilán González con la mejor Ferrari a 54s28; esto representó el segundo “1-2” de los argentinos, un resultado formidable de un tiempo en el que nuestros pilotos obtenían logros extraordinarios. Tercero llegó el campeón saliente, Farina, a 1m45s54 y, después de haber penado con sus cubiertas, Ascari arribaba cuarto con dos vueltas menos. Detrás llegaban dos Alfa Romeo: quinto Bonetto a dos vueltas y sexto de Graffenried, con cuatro giros menos.
Fangio se convertía en el nuevo Campeón Mundial, tras sumar puntos en seis de las ocho carreras. Acumuló 37 puntos, pero como sólo contaban los mejores cuatro resultados, debe descartar el punto sumado en Bélgica y los 5 de Francia: queda consagrado con 31 puntos. Su escolta fue Ascari, quien sumó 28 pero debió descartar tres puntos para quedar con 25. El cuarto, Farina, acumuló 22 pero también debe restar 3 puntos y queda con 19. El quinto, Villoresi, sumó 18, debe resignar 3, por lo que los puntos válidos fueron 15. Luego se ubicaron: 6° Taruffi, 10; 7° Wallard, 9 y 8° Bonetto, 7.
1 comentario
Miguel C. Ramos Mejía · noviembre 19, 2021 a las 5:28 pm
Una gran nota histórica, mucho detalle técnico y el tramo, para mí inédito, sobre las palabras de Xul Solar siguen dando lugar a la pintura del asombroso Juan Manuel Fangio.