Chiozza y su celebre Bimotor Mercury.

Mario Pedro Chiozza le dio muchas satisfacciones a la Mecánica Nacional con sus creaciones, con sus inventos, con sus rarezas. Conocedor de los secretos de la sincronización de dos motores se lanzo a la construcción de un bimotor para competir en pruebas de Mecánica Nacional.

El primer bimotor tuvo la particularidad de llevar los dos motores adelante, por lo que debió soportar múltiples tomaduras de pelo y numerosos sobrenombres. En una carrera en La Plata en 1939 al disponerse para largar, el periodista y amigo Eduardo Lorenzo Borocoto le dijo en broma: “Chiozza, a donde vas con esa casa de departamentos” Chiozza le sonrió amablemente y minutos más tarde ganó su serie…

Tiempo después, concibió la idea de un nuevo bimotor. Este tenía también dos motores Mercury, pero uno delantero y el otro trasero, tenía dos carburadores Lincoln en cada motor. El motor delantero tenía un acelerador individual, con el que lo mantenía siempre acelerado, y accionaba en primera o segunda el motor trasero, el cual tenía la caja de velocidades. El auto no tenia relojes de tablero, pero Chiozza conocía bien el límite de su máquina y debía tener especial atención para no pasarse de régimen. Los palieres fueron construidos por el mismo, en acero especial que se utilizaba para fabricar las hélices de avión.

Cuando se le preguntaba por su bimotor el recordaba: “La primera vez que Salí a probar fue camino a Mar del Plata y me lleve una desilusión muy grande:  ¡que mal andaba!”. ¡Haber pasado horas y horas en el galpón, haber perdido mucho sueño para hacer “eso” que no respondía!…De no haber sido por mis hermanos, que me instaron a seguir trabajando en el coche, aquella prueba hubiese sido debut y despedida”

Con dos radiadores atrás de la espalda, soldaduras de eléctrica por todos lados, mangueras que iban y venían; y lo más importante; siempre dejando la estética en un cajón, el bueno de Chiozza se las ingenio para hacer andar muy bien su célebre bimotor.