La muerte de Jochen Rindt por Jackie Stewart, su rival y amigo.

La siguiente es una parte de la entrevista realizada varios años atrás por la revista Motor Sport, en su notable serie de almuerzos con personajes prominentes del automovilismo. En este caso, en Clayton House, la residencia rural de los Stewart en Buckinghamshire, Inglaterra.

El escocés John Young Stewart, triple campeón Mundial de Fórmula 1, estima que durante los once años que corrió, se mataron 57 pilotos en distintos tipos de competición. “En 1968 esto parecía no tener fin. El 7 de abril estaba en España inspeccionando las medidas de seguridad del circuito de Jarama e, irónicamente, recibí la devastadora noticia de que Jimmy –Jim Clark- se había matado en una carrera de F2 en Hockenheim. Exactamente un mes después, mi anterior compañero de equipo Mike Spence murió en Indianápolis. Un mes más tarde, el 8 de junio, Ludovico Scarfiotti se mató en la trepada de Rossfeld. Al mes siguiente, el 7 de julio, Jo Schlesser murió quemado en el Gran Premio de Francia en Rouen. Y cuatro meses después, me encontraba corriendo en ese mojado Gran Premio de Alemania en Nürburgring. Después de que me bajaran la bandera a cuadros, volví a los boxes y mis primeras palabras a Ken Tyrrell fueron: ‘¿Todo el mundo está OK?’”.

“Decidí que los pilotos de Fórmula 1 tenían que hacer escuchar su voz.  Se podían hacer algunas cosas simples, cosas no demasiado costosas, que podían mejorar la seguridad de las pistas. Y en muchos circuitos las instalaciones médicas y de los auxiliares de pista necesitaban desesperadamente que fueran mejoradas. Yo estaba en la mejor situación para defender la postura. Hice sentir mis puntos de vista desde la muerte de Jimmy, y el hecho de que después fui y gané en el ‘Ring con el piso mojado demostró que no estaba haciendo ruido porque no podía ganar carreras. Estaba haciendo ruido porque no quería que más gente se matara innecesariamente”.

“Me volví muy impopular. Con los organizadores de las carreras, con los dueños de las pistas, con el cuerpo gobernante que era la CSI –Comisión Deportiva Internacional- y aun con los periodistas. Denis Jenkinson, de vuestra revista Motor Sport, altamente respetado y más o menos considerado el mejor escritor de Fórmula 1, me decía a mi y a los pilotos que estaban de acuerdo conmigo nos llamaba los ‘pilotos flojos’. Aun Ken Tyrrell no estaba muy feliz, porque pensaba que me estaba quemando con toda esta cuestión. Muchos pilotos se sentían cohibidos de decir públicamente que estaban de acuerdo conmigo, y uno o dos creían que realmente estaba equivocado. Jacky Ickx era uno de ellos, que por ejemplo, pensaba que yo no era razonable. Pero la Grand Prix Drivers Association, formada únicamente por nosotros, pilotos de F1, me eligió su presidente”.

En 1969 otros cuatro pilotos con experiencia en Fórmula 1 murieron: Lucien Bianchi, Paul Hawkins, Moisés Solana y Gerhard Mitter. Luego en 1970, el 2 de junio, Bruce McLaren se mató probando su auto de Can-Am en Goodwood. En menos de tres semanas, Piers Courage murió quemado en el Gran Premio de Holanda en Zandvoort. Tomando en cuenta todos los niveles de competición, un conmovedor número de 17 pilotos se mataron en sólo cuatro meses”.

“Unos días después de la muerte de Piers la mayoría de los pilotos de F1 fuimos a Londres para asistir al servicio memorial de Bruce en la Catedral de St. Paul. Después nos juntamos en la suite de Louis Stanley, en la parte superior del Hotel Dorchester, y dije: “Esto es ridículo, no podemos seguir así”. Jochen Rindt justo había llegado de inspeccionar Nürburgring antes del Gran Premio de Alemania y pidió hacer algunos cambios razonables: auxiliares de pista con matafuegos alrededor de todo el circuito y áreas de escape en un par de lugares particularmente peligrosos. No estábamos pidiendo que pongan guard-rails a ambos lados de toda la pista de 22,835 kilómetros. Pero la gente del circuito se negaba a hacer nada. Nada en absoluto”.

“Entonces dije, ‘Si tolerábamos esto y después íbamos al ‘Ring, no íbamos a tener poder para influenciar a ningún otra pista para que gasten dinero en seguridad. No debemos ir’. Eso no cayó bien para nada: la mayoría de los socios no les gustaba la idea de un boicot. Entonces llamé a votar. Dije que si la posición contraria tenía más votos iba a renunciar a la Asociación –GPDA-, porque no podía consentir ir al ‘Ring cuando ellos se negaron a hacer nada en absoluto. Parecía que se iba a perder, pero justo antes de la votación fue Jack Brabham quien se puso de pie. ‘Jackie tiene razón. Si no nos negamos a ir, estamos fuera de esto’, dijo en la reunión. Esto dio vuelta la votación, y estuvimos de acuerdo que yo debería decirlo a los organizadores del Gran Premio de Alemania, que se corría en seis semanas, que no íbamos a correr en el ‘Ring”.

“Siguió un infierno de discusiones. En esa época solían ir 375000 personas al Gran Premio de Alemania, y era importante para la economía de la región de Eifel. Recibí amenazas de muerte. Pero por supuesto no podían hacer la carrera sin nosotros. Por ese año fue mudado apresuradamente a Hockenheim, y para el año siguiente año, en Nürburgring habían hecho la mayoría de los cambios que habíamos pedido”.

“Pero después en septiembre vino ese sábado negro. La muerte de Jochen Rindt en Monza. Jochen y yo éramos muy cercanos, y Helen –la mujer de Stewart- y Nina son todavía las mejores amigas. Los Rindt eran nuestros vecinos en Suiza, y Jochen pasaba más tiempo en nuestra casa que en la suya”.

“Era la actividad del sábado. Estaba en los boxes por salir a  pista, y Peter Gethin, que conducía para McLaren, entró y dijo: ‘Jochen tuvo un gran accidente, no parece algo bueno’. Salí corriendo a la dirección de la prueba, y me dijeron que lo llevaban en ambulancia hacia el centro medico. Cuando llegué, él estaba en la parte trasera de una pick-up Volkswagen. Sus heridas eran terribles. No le gustaba usar las correas de la entrepiernas del cinturón de seguridad, y se sumergió hacia adelante. Había mucha sangre, pero no estaba sangrando. Entonces supe que su corazón no estaba latiendo, y que estaba muerto”.

“Aun tenía que salir a buscar el tiempo para la grilla. Estaba esperando en el que Ken Tyrrell me hiciera salir. Sentado en el March 701 azul, porque el primer Tyrrell todavía no estaba listo; bajé el visor del casco y estallé en llanto. Tenía que salir, y fue como accionar un interruptor. Había un trabajo que hacer. La concentración hizo efecto, di tres vueltas y clasifiqué para largar en la segunda línea. Luego volví a los boxes, salí del auto, me saqué el casco y me puse a llorar otra vez. Alguien me dio una botella de Coca-Cola; la tomé, y luego hice algo totalmente impropio en mí. Estrellé la botella contra la pared, había pedazos de vidrio por todos lados. En el auto yo estaba bajo control, pero fuera del auto no lo estaba”.

El March azul Nº 18 no resultó un rival para las Ferrari 312B de Jacky Ickx y Clay Regazzoni, quien ganó por primera vez en Fórmula 1. En el veloz circuito seis pilotos se alternaron en la punta, y Stewart que punteó quince vueltas, llegó segundo a 5s73/100 de Regazzoni.


2 comentarios

Beppe Viola · octubre 30, 2020 a las 8:50 am

Lo que hizo Stewart fuè el puntapiè inicial para que se considerara la seguridad de los pilotos como algo prioritario e indispensable, y lo hizo desde su posiciòn de «el mejor de sus tiempos» (despues de la muerte de Clark), solo el podia hacerlo, pero asi y todo, ha costado mucho tiempo (y muchas mas vidas) para llegar a las condiciones de hoy.

    Willy Iacona · noviembre 2, 2020 a las 10:40 pm

    Si, la paso mal. En un momento el periodismo lo volvía loco. mucha presión, pero se la banco y saco adelante muchas mejoras en la seguridad.

Deja una respuesta

Marcador de posición del avatar

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *