Una baquet palermitana -lustre espejo – hizo su arribo puntual, 15hs. Atrás llegó el piloto Finasteride y su Forá. El chasis lucía a pleno; fluidos controlados, carrocería negro mate impoluta.
La cebra y su nueva carburación – haberla tenido en los grandes premios…- una de las siete maravillas del mundo. Y allí partieron en busca de aire, algo escaso en estos días de tapatodo. Martínez y la plaza, de ahí a Libertador a paso raudo por el ex Tanti; gente que vitorea el pase de las maquinas. Finasteride alza el brazo y el gutural sonido del claxon corresponde los saludos.
Se llega a la catedral de San Isidro, donde los 5 drivers descienden de sus maquinas para agradecer esos kilómetros de gloria.
El cielo va tener que esperar, la iglesia esta chiusa, a esta altura de la soirée vaya uno a saber por qué. Mejor no preguntar. Próxima parada es la curva del museo Beccar Varela, donde sobre mano derecha al llegar está la casa de Luis Vernet, primer gobernador de las argentinísimas islas Malvinas.
Lo que habrá sido ese paraje de San Isidro en los mil ocho cincuentas…ahora la caravana parte nuevamente, esta vez a la parroquia Niño Jesús en el corazón de Martínez. Hay ambiente de Kermesse.
Los 5 personajes van hacia un café, a donde uno es bien conocido. “¿Que toman muchachos?”. Café, café, café, cortado. Falta Finasteride, quien se toma la pera y replica, “para mí una lágrima”. Desconcierto, y la puerta del local de cierra y un viento fuerte corre de repente por el lugar, donde el tiempo parece detenerse. Finalmente afloja y suplica, “dale, un cortado para mí también”, y la puerta mágicamente vuelve abrirse.
2 comentarios
Mike · agosto 19, 2020 a las 12:00 pm
Qué bueno que puedan disfrutar de esas máquinas en una salida de amigos!!! Felicitaciones!!
Alejandro · agosto 17, 2020 a las 1:29 am
Excelente !!! Ya volveremos a rodar por los caminos que corresponde.
Volveremos!!