La Maserati del Ing. Renato Ciofi.

En  2009, mi padre Guillermo me envió un email en respuesta a mi pedido de información sobre Maserati del Ing. Ciofi.  Visitamos muchas veces su taller en la calle Guatemala en Palermo,  allá por los años ochenta. Mi hermano y yo éramos chicos, tendríamos diez y doce años. Acompañábamos al Viejo que no perdía las esperanzas de que algún día le vendiera el auto y aparte por qué Ciofi, pese a tener en general un carácter bravo, tenía una gran afinidad con nosotros y nos compartía muchos cuentos, historias y fierros que tenía en el taller. Entre otras cosas había una Cisitalia-Simca azul y amarilla, con la que Ernesto Martin Tornquist – EMART – había sidocampeón en la categoría Sport.

Cuando finalmente se decidió a vender la Maserati mi padre ya no era comprador por motivos que más abajo detalla en su carta.

Un sábado a la mañana estábamos en el taller cuando de repente freno una coupe Fuego, se bajo un señor y Ciofi se acerco a la puerta para barajarlo y no dejarlo avanzar. Ante la pregunta: ¿acá venden una Maserati?. .. El Tano le contesto ¿usted vino con ese auto?…Entonces una Maserati no es para usted! Y dio por finalizada la conversación.

Igual Don Renato también podía ser amable, lo recuerdo con un destornillador largo afinando los weber 45 de nuestro Alfa Romeo 2600 Sprint y explicándonos como lo hacía. O regalandonos rulemanes para que nos hagamos un carrito.

En las fotos de polaroid estamos con Lao en aquel templo de la mecánica.

Carta de mipadre en septiembre de 2009

Conocí al Ing. Ciofi a mediados de 1979

Siempre en la búsqueda de un auto sport, en las páginas de Clarín encontré un aviso que publicitaba: “Maserati Sport 2 litros, única”.  Llamé y me atendió la mujer (era el domicilio particular de Ciofi) y me dijo: “El auto es muy lindo, lo hizo mi marido”.

Esto me desconcertó ya que no esperaba un auto “hecho” acá, salvo que se tratara de un sport corsa.

Me dio el teléfono del taller y entonces hablé con Ciofi quien me dijo que era un “prodótipo” (acentuado y pronunciado así) que él había hecho para una pequeña serie.

Al día siguiente fui al taller, en la calle Guatemala, y me encontré con un verdadero personaje, cascarrabias y fumador como pocos, pero buena persona y muy muy conocedor.

El auto estaba bajo una cubierta de lona y pese a mi requerimiento no lo descubrió del todo: sólo pude ver bien la trompa con la clásica grilla del Tridente y los faros auxiliares. Me hizo acordar a un prototipo que Boano carrozó para la marca.

Si bien no era la mas linda Maserati,  era algo digno de ver, comprar (en la medida de lo posible) y coleccionar.

Pintado en blanco y celeste, con llantas Rudge, poseía motor Maserati de 2 litros, doble árbol y doble encendido, con 3 Weber, caja e instrumental originales.

Según contó se iba a fabricar en la Argentina (en otra época) cuando se radicó Maserati formando una empresa acá, con domicilio en Diagonal Norte al 1200.

Sobre el parallamas lucía una chapita de Maserati A6GS (creo que eso era todos) y él aseguraba que el auto estaba registrado en la fábrica, como oficial, de serie.

La carrocería comenzó haciéndola el chapista que figura en el artículo del Gráfico de 1960, que Uds. tienen y creo que la concluyó Galizio. Al menos el capot y la tapa del baúl eran de aluminio. Las puertas cerraban como las de una heladera…

Muy prolijo, sus puntos en contra eran (a mi juicio) el volante que le había puesto (pequeño y forrado en cuero) el parabrisas (de Fiat 1500 Berlina) y la luneta (de DKW Fissore). Pero, claro, echó mano de elementos de serie.

Era un verdadero aparato que sonaba tremendamente. Le había puesto corte de corriente y una bomba eléctrica al lado de la que utilizaba el auto, por las dudas.

El Ingeniero era bajito, de modo que su asiento, es decir el del conductor, estaba casi pegado al tablero. El auto tenía volante a la derecha.

El precio que pedía variaba según el día, la hora, su humor, lo que le parecía la persona que se lo preguntaba, etc etc etc.

A mi me tuvo dando vueltas mucho tempo (íbamos con Willy Mártire a charlar y ver el auto y los muchos otros fierros que tenía en su garage), hasta que finalmente compré la 2600, que Ciofi carburó varias veces.

También íbamos con Lao y Willy que por entonces no tenían mas de 10 y 8 años, a los que les saqué unas fotos con la 2 litros.

Pero no pudo ser, me quedé con las ganas.

Cuando finalmente me llamó con ánimo de vendedor, varios años después, yo justo había comprado mi Spider 2 litros y no podía jugarme con otra compra.  

Ciofi decía que la Maserati era para un “gentleman driver como Emart Tornquist” a quien le preparaba un aparato sport corsa espectacular (tenía adentro un motor SIMCA V6, que no llevaba junta de tapas porque estaba acabado “a espejo”, una obrita de arte).

Refería que el usaba la Maserati para ir a Miramar, sólo, haciendo tiradas. Su familia lo seguía a bordo de un Fiat 2100, conducido por el chofer.

Como le sacaba una distancia sideral, paraba a un costado a fumar, hasta que a las cansadas aparecía la prole.

Tenía una carpeta con todos los detalles de elaboración del auto, certificados por Escribano y en algún recibo de patentes; ví que estaba patentado como Maserati, en 1968.

Creo que el proyecto siguió el curso de nuestro país y no pudo concluirse. La Maserati fue única y me dio pena que la hubieran despanzurrado.

Una vez la encontré con motor de Renault 21, otras llantas y sin su instrumental. El que se los sacó sabia del tema….

Me cuentan que la están por volver a su estado original: enhorabuena así se salva.