Desde el año 2004 tengo la suerte de ir ininterrumpidamente al salón de Retro Mobile en París. Entre los miles de stands, siempre me llamo la atención el del artista François Chevallier.

Dueño de un gran talento, escultor y pintor, le da un carácter único a sus obras. No es casualidad, a su habilidad le suma una vida entorno al automovilismo.

François nació en Francia en 1942, cuando aún estaba ocupada por Alemania durante la Segunda Guerra Mundial. Desde chico le apasionaron los autos y las motos. Fue dueño de varias Bugatti, entre ellas una Type 57. Otra de sus pasiones son las motos, de las que tuvo la más variada gama.

Sus inicios en el automovilismo

Debutó con un Renault 8, mas tarde paso a un Lotus 22 de Formula Junior con el que llego a correr en Fórmula 3.  

Disputó dos veces en Le Mans, la primera en 1967 con un Alpine M64 compartiendo butaca con Jean Luc Therier (abandonaron por rotura del motor después de 18 hs de carrera). En 1968 tuvo de coequiper a Bernard de Lagier una Dino 206S de la Escudería de Luigi Chinetti, la North American Racing Team, y nuevamente el motor lo dejo fuera de carrera.

Más tarde trabajo en la escuela de pilotos de Le Mans, dando clases nada más y nada menos que con una Maserati A6GCS ex escudería Centro Sud y con Alfa Romeo Giulia TZ. Dos autos que pueden verse retratados perfectamente en sus obras por todo el stand.

También trabajo en el circuito de Paul Ricard, primero en la escuela de pilotos y durante muchos años en la organización del Grand Prix de Fórmula uno.

Es autor de la escultura de «Williams» y su Bugatti – primer ganador del Grand Prix de Mónaco-, que está en el circuito frente a la Sainte-Dévote Chapel.

Este es un muy breve resumen de la vida de este artista, que logra darle un estilo único e inconfundible  a sus obras.


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