La manufactura de juguetes a nivel mundial, tuvo siempre una inusual cantidad y variedad de modelos de autos.
Los franceses no han sido en absoluto la excepción, y su buen gusto que es conocido, hizo de su industria juguetera de antaño una meca para coleccionistas.

Los viajes suelen despertar intereses ocultos, y en mi caso las ferias, mercados de pulgas (delirium tremens), los famosos carboots en Inglaterra y las exposiciones (ir con camión de caudales) me permitieron descubrir juguetes, jugueteros, coleccionistas, farsantes encantadores de víboras, gente que camina sobre vidrio, y comprobar que casi no hay limite si se trata de buscar autos y modelos raros.

Curiosamente este Citroen DS 19 a baterías y con comando por cable (ver detalle del volante SVP) lo vi una y mil veces en París, debiendo descartar la posible compra por cuestiones filamentarias.

Pero una tarde de hace algunos años, ya no recuerdo donde, apareció ante mis ojos el bolide de las fotos y su precio se ajustaba a mi billetera. Celebré la compra como el gol de Caniggia a Brasil, transcurridos 300 metros de consumado el hecho. 
Hoy forma parte de mi colección; un rara avis.
Y recuerden siempre chicos: no acepten imitaciones.  


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